¿Quién es el número... D 1975.?

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                ¿Quién es el número D-1975?

Revisando los viejos casos que tenían sin resolver en el mueble, la detective W.Webster  se fijó que había uno que llevaba mucho tiempo allí esperando a ser resuelto, cogió la caja y vio lo que contenía, había una carpeta con informes y muchas pruebas, una aguja con un vial de insulina, una petaca de cristal con restos de lo que parecía ser Ginebra con las huellas dactilares de él presunto asesino,  y las fotos de la escena del crimen y la víctima.

Después de estar varias horas, analizándolo todo, Wendy acabo

Por tomarse un analgésico para el dolor de cabeza, ya que la sensación que tuvo fue, como estamparse contra un muro de hormigón, no daba con la solución.

Unas semanas más tarde, recibió por correo certificado una carta sin  remitente, pero iba a la atención de W.Webster.

Una vez, que firmo el certificado abrió la carta y empezó a leerla.

Estimada señorita Wendy Webster, le escribo esta carta para contarle un secreto que he guardado durante más de media vida.

Y quiero liberarme de este gran peso antes de morir, desde hace unos cuanto años llevo padeciendo un Cáncer galopante terminal, y quiero pedirle perdón al inocente, que se culpó del crimen que no cometió.

Si usted quiere, la cito en esta dirección para contarle mi última confesión y de porqué me tome la libertad de hacer mi propia justicia.

La calle es Old Town S/N la estaré esperando a las 17:00h para tomarnos un té, si usted quiere.

Mientras esperaba a que la detective llegara, preparo la mesa del salón con una  hermosa bandeja de pastelillos variados y pastas

Preparo el té en unas bonitas y delicadas tazas de porcelana.

En verdad es que la mesa estaba muy bien adornada con todo lujo de detalles, cuando el reloj del pasillo anunció, que ya eran las 17 de la tarde, en el mismo instante que la dulce campanilla de la puerta, anunciaba que la vista, había llegado puntual.

Arrastrando los pies, el anciano abrió la puerta, y gentilmente.

Le recogió el abrigo que llevaba, y esta le ofreció un pequeño presente, una caja de bombones.

Se sentaron uno frente al otro junto a la mesa, cuando Wendy le dijo _ Tiene usted, una casa muy bonita  a lo que Lucho le dio las gracias con tierna sonrisa.

Le sirvió  una taza de té con dos azucarillos, cuando ella le pregunto _ ¡Bueno! , cuál es ese secreto que tanto le ha atormentado durante más de media vida.

A lo que Lucho, le dijo _ Espero que disponga del suficiente tiempo, para escuchar mi historia.

_ ¡Sí, no se preocupe! háblame, soy todo oídos.

             
                      La historia de mi vida fue esta….

Era el año 1939 en el Gueto donde vivía, una mañana los aviones Alemanes, bombardearon la ciudad.

Con tanta mala suerte, que una de ellas calló en la fábrica azulejara donde trabajaba Simonet, mi madre.

Al recibir la noticia, yo  hundí la cabeza en el pecho de mi padre y lloré desconsoladamente, el  impacto me produjo, un grito de dolor y rabia,  después de aquel incidente….No volví a hablar. Mi padre me llevo al medicó para saber que le pasaba a su pequeño, el medicó le dijo que había sufrido un fuerte trauma dejándolo mudo, pero con el tiempo recobraría la voz, solo era cuestión de tiempo.

A los pocos días de morir mi  madre, llego mi cumpleaños , fue el cumpleaños más amargo de mi vida, jamás pude superar tan dolorosa perdida como es la muerte de una madre, así que mi padre con todo el cariño del mundo me preparo un pastel con un regalo, que fue un bonito violín, mi madre me enseño a tocarlo, en sus ratos libres después de cenar siempre solía tocar y me enseño, a ella le gustaba mucho la música.

Como en aquellos años, estábamos viviendo tiempos muy malos y peligrosos, porque los alemanes, cogieron a todos los judíos y los montaba en los trenes para llevarlos a los campos de concentración.

Nada más llegar, nos marcaban como corderos y nos ponían un número en el ante brazo, el número de mi padre fue D-1975*.

Y nos obligaban a hacer trabajos forzosos hasta la extenuación, la comida era más bien escasa, pasábamos mucho frío y muchos de ellos morían por agotamiento, en los pocos ratos que teníamos para descansar, algunos jugaban a las cartas o cantaban alguna canción para poder distraerse de aquel infierno.

Yo sacaba mi violín y tocaba, hasta que apagaban las luces y nos mandaba a dormir, hasta el día siguiente que tenías que hacer las mismas tareas.

Una mañana, de domingo estaba tocando el violín cuando de pronto se acercó un alto mando de las SS alemana y  mientras hablaba con un soldado, me oyó tocar el violín.

Este se interesó por quién era la persona que tocaba a lo que el soldado le dijo que era el pequeño Lucho, el hijo de Beltrán.

Este lo hizo llamar, para que fuese a su despacho para hablar con él

Pero el soldado le dijo, que el niño era mudo y no podía hablar.

En vista que el niño no podía hablar, este le dijo _ ¡Me llamo Hugo! Y en vista de que veo, que tocas muy bien el violín te propongo un trato que toques para mí de vez en cuando.

A lo que el niño, se encogió de hombros aceptando con resignación, la propuesta de aquel hombre.

Las últimas palabras que me dijo mi padre antes de que se lo llevasen a la cámara de gas junto con todos sus compañeros de pabellón fueron _Recuerda hijo mío, que la música te llevara de vuelta a casa, no dejes nunca de tocar tu valioso violín.

A lo que Wendy, lo interrumpió diciendo, _ Y que tenía de valioso un violín,  _ Pues era un violín hecho artesanalmente, y  que era un Stradivarius un poco más pesado de lo normal, era de oro macizo recubierto de madera de caoba …. Mi padre era joyero y orfebre.

Esa fue la última vez, que vi con vida a mi padre,  días más tarde descubrí, que los alemanes habían perdido la guerra y el “Führer” había muerto y los polacos, se hicieron con el control arrestando y haciendo prisioneros a los soldados y altos mandos de las SS de los campos de concentración.

Viendo peligrar sus vida, y que seguramente lo iban a condenar a muerte por todos los delitos que se habían cometido en los campos de concentración Hugo se cambió de ropa y se hizo pasar por un preso más, y para aparentar más realismo se hizo el tatuaje con el numero en el antebrazo, que justamente era el de mi padre.

Los años pasaron y  no volví a saber de Hugo, una nueva familia se hizo cargo de mí en la educación y me enseñaron a ganarme la vida honradamente, mientras estudiaba y trabajaba,  intente por todos los medios encontrar a Hugo,  hasta que por fin di con él.

Se hizo un afamado medicó, era cirujano torácico, con todo lo que aprendió en aquellos años en los que duro la segunda guerra Mundial en el campo de concentración , puso en práctica todos los experimento que probó con las pobres personas que estaban recluidas en aquel infierno.

Me hice pasar por un enfermo que había sufrido una angina de pecho y fui a su consulta, me visito me receto una pastillas y durante un tiempo, me hizo las revisiones periódicas, con el paso  de los meses entre nosotros se forjo una buena amistad, de tanto en tanto solía invitarme a comer o a cenar en su casa con sus amigos y conocidos.

En ese tiempo, ya supe cómo iba a ser mi venganza, que llevaba muchos años planeándolo.

Una noche que estaba aburrido, salí a dar un paseo y me fui a la parte baja de la ciudad , donde solían darse cita los drogadictos , borrachos y los sin techo , cuando vi a un borracho tirando de un  carrito de supermercado , y rebuscando entre los contenedores de la basura , me acerque a él , cuando este me vio  y me pidió  una limosna para comer algo , nos sentamos en un banco, del carro saco una petaca de ginebra , le dio unos tragos y me la ofreció para que bebiese , la cogí con la mano enguantada , con la excusa de no dejar mis huellas en la petaca , le dije  que tenía frío en las manos , por el mal tiempo que hacía aquella noche , después de beber durante un rato , a mi nuevo amigo le ofrecí 50 dólares.

Para que cenara bien aquella noche, este se puso muy contento y me lo agradeció. El resto fue pan comido.

Cuando de pronto Wendy dijo , _Ahora lo entiendo  todo,  por eso jamás encontramos al verdadero asesino ,  las huellas que cotejamos era de un tal Paúl , que resultó ser  el hombre que encontramos en el callejón , con un profundo corte en la garganta , la muerte según los testigo que vieron lo que paso , fue que uno drogadictos intento robarle el poco dinero que tenía , y este se resistió , le cortaron el cuello con una botella rota.

Y el caso se quedó cerrado temporalmente.

En la escena del crimen, estaba el cuerpo sin vida del doctor Hugo según la autopsia, este murió por una sobredosis de Insulina mezclada con un 98 % de alcohol en sangre, era ginebra.

A lo que Lucho dijo, si señora así fue ,pero con una diferencia que el pobre Paúl, nunca llego a conocer Hugo y mucho menos verlo en persona, y así yo poder escapar de la posible acusación de asesinato.

Pocos días más tarde, después  de su asesinato nos llamaron a todos a declarar para poder esclarecer el caso, invente un hombre de paja, al cual poder cargarle el muerto y nunca mejor dicho... Y quién mejor que Paúl.

Aquella noche hubo una gran fiesta, con muchos invitados, lo pasamos bien en un momento en el que servían el café, el anfitrión se ausento para ponerse la dosis de la insulina, siempre se la ponía a la misma hora,  fue en ese instante cuando yo aproveche para ponerle un poco Belladona en la petaca, sería cuestión de tiempo que el solo se envenenara, terminamos la fiesta y cada cual se fue a su casa.

Al día siguiente, cuando fui a su consulta para hacerme la revisión , me comunicaron la mala noticia.

Y al fin pude descansar, le había hecho justicia a mi padre.

Después de aquel día, desaparecí y volví a mi hogar como mí

Padre me dijo una vez, llegue con pinta de mendigo, rehíce mi vida de nuevo
como profesor de música con mi violín, el cual he guardado 
durante 50 años, y aquí esta.

Lucho se levantó de la mesa, y de un armario que había enfrente de la mesa saco el violín para que Wendy lo viese.

Mientras esta lo miraba y se fascinaba, de ver aquella maravilla

Lucho le preguntó ¿Le gustaría tomar otra taza de té? A lo que ella respondió que sí , _ Se lo pregunto , porqué es la hora de tomarme la pastilla del corazón , ya que lo tengo algo delicado , sirvió las dos tazas y saco de uno de sus bolsillos , una pequeña caja de pastillas, saco una y se la tomo con el té , mientas ella le hablaba este cayó en profundo sopor , cuando Wendy enseguida se dio cuenta de que no reaccionaba , se levantó para preguntarle si estaba bien , y vio que de la comisura del labio inferior le salía una espesa espuma blanca …. Se había suicidado, se había tomado una pastilla de Cloroformo.

Después de esa confesión póstuma, ya definitivamente pude dar

Por cerrado el caso.

                                             Fin….

 Nota aclaratoria: El número que le pusieron a Beltrán en el antebrazo es un número "Ficticio" Es la fecha del mes  y el año de mi nacimiento.  

Espero que me perdonéis en lo tocante a lo extenso de este caso.
Ya que no he podido acortarlo , puesto que la historia lo requería.
Os deseo a todos una feliz noche , besos de Flor.

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pd ; Todos los Casos aquí relatados y escritos , son fruto de mi imaginación , 

cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia .

Gracias por todo y por venir .... Besos de flor.